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Historia

Lisboa

Periodo Romano, Bárbaro y Musulmán

Lisboa nació de una «citânia» localizada al norte del actual castillo de S. Jorge. Este sería uno de los muchos núcleos humanos desarrollados en el periodo prehistórico. A través de la acción pobladora de los romanos (195 a.C.) y al inherente desarrollo socioeconómico, en poco tiempo le seria atribuida la clasificación de «municipio», usufruyendo de equipamiento urbano: monumentos, teatros, termas. Existía un cruce de cuatro caminos de la red viaria romana : tres para Mérida y una para Bracara (Braga). Su característica de «opidum», donde los romanos centran su defesa estratégica, resulta del reflejo del terreno por un lado, y de la protección natural ante el estuario del Tejo y al brazo de este rio que entonces se alargaba hacia occidente y penetraba profundamente en el territorio.
 
Olisipo (así se empezó a llamar la ciudad) se caracterizaba por la existencia de un núcleo de población fija defendida por la soldadesca. En sus arrabales se fue agregando un buen número de familias cultivadoras de la tierra que, a cambio de pan, fruta, vino, verdura y ganado, recibían protección y defensa.
 
La crisis del siglo.III, que minaba y fragilizaba la sociedad romana, tiene su reflejo en toda la Península Ibérica. Las sucesivas invasiones de nuevos pueblos, sea germánicos en 500 d.C. (visigodos, suevos), sea árabes en 700 d.C., transformaron la fisonomía de la población. Debido al clima de inseguridad y de guerra, la ciudad adquiere una característica muy peculiar: la fortaleza donde se refugian los habitantes huidos del avance de los ejércitos cristianos. Es una población de ricos propietarios agrícolas y comerciantes, que se transfieren al interior de las murallas y construyen una ciudad opulentísima por el trato y mercancía de los puertos de África y Asia.
 
En el período de la Reconquista Cristiana, la Lisboa musulmana es una ciudad codiciada y varias veces atacada y ocupada por los ejércitos cristianos (ocupación por Castilla en 1000d.C.).
 
Lisboa era por aquel entonces el centro comercial más opulento de toda África y de una gran parte de Europa. Y rico en todo tipo de mercancías; tiene oro y plata. No faltan herreros. No hay nada en ella inculto o estéril; todo lo contrario, sus campos son buenos para toda el cultivo…Sus campos son prolíferos, y en la ciudad hay termas. … La parte superior del monte se encuentra rodeado por una muralla circular, y los muros de la ciudad bajan por la cuesta a derecha e izquierda hasta la orilla el Tejo.


PRIMERA DINASTÍA

En 1147, D. Alfonso Henriques, 1º Rey de Portugal, conquista la ciudad con la participación cristiana, y se da la expansión de Lisboa más allá de sus murallas. Heredados del pasado existieron dos suburbios – la Baixa y Alfama. El brazo del rio desaparece definitivamente en el siglo XIII.
 
D. Fernando, entonces Rey de Portugal, ante las amenazas de Castilla (España), crea una nueva muralla de defensa designada como «Cerca Nueva»(1373-75).
 
En los 16 Hectáreas del período morisco la nueva ciudad pasa para 101,65 es decir hay 6,5 veces mayor. La fijación definitiva de la capital del reino, y por tanto de la corte, se da en el reinado de Alfonso III.
 
Lisboa es entonces el núcleo de un importante sistema económico de trueques, localizándose en la proximidad inmediata las pequeñas propiedades en las que predomina el cultivo hortícola, hecho que podrá haber influenciado la localización de los dos mercados centrales de hortalizas: la Plaza de la Figueira y Plaza de la Ribeira.


SEGUNDA y TERCERA DINASTIA

D. João I, Rey de Portugal, crea la primera urbanización en la colina do Carmo (1400). Pretendía así dar satisfacción a las necesidades de una población siempre creciente, expropiando para tal efecto los campos.
 
La corte de D. Manuel I abandona el castillo y fija El Palacio Real en el Terreiro do Paço, donde se centró toda la vida comercial de la ciudad (1500).
 
Por esta época surge en el Bairro Alto la primera parcelación (renascentista) que transforma huertas y terrenos frutales en calles y casas, creciendo repentinamente como barrio popular, a pesar de que posteriormente se transformase en una zona donde la aristocracia vendría a construir sus palacetes.
 
El Barrio Alto marca la transformación del siglo. XVI para el XVII de la vida urbana de Lisboa y la adquisición de una consciencia urbanística y arquitectónica.

DEspuéS Del TERReMOTO DE 1755

1755 marca para Lisboa una época de desarrollo. El terremoto (del día 1 de Noviembre, Día de Todos los Santos, a las 10h), y el incendio que le siguió, devastaron dos tercios de la totalidad de las calles y destruyó tres mil casas de las veinte mil existentes.
El terremoto abarcó toda la zona de la Baixa, los barrios del Castillo y la zona del Carmo, es decir, las zonas más intensamente urbanizadas de la ciudad.
 
Para sustituirla nacería la Lisboa Pombalina, con un urbanismo sujeto a reglas fijas y de un carácter científico-pragmático que provoca admiración en todo el mundo. Su principal impulsor fue el Marqués de Pombal, el Primer Ministro del Rey D. José, asistido por los arquitectos e ingenieros, Manuel da Maia, Eugénio dos Santos y Carlos Mardel (1755-76).
 
El plan, sin duda innovador, se basa en una dirección planificada de las calles alineadas, cuyas opciones arquitectónicas se asientan en reglas de construcción, poniendo atención a conceptos básicos de resistencia a las acciones sísmicas.
El sistema urbanístico obedecía a trazados de ejes de composición en los que la simetría era tema obligatorio, intentando destacar en los extremos, monumentos o estatuas: la calle Augusta con el arco triunfal, a través del cual, en su eje, se colocó la estatua de D. José.
 
Pombal creó incentivos de interés para la nueva clase de la burguesía comercial.
 
Al norte de Rossio se abre el «Passeio Público»(1764), zona de recreo de la burguesia. Era un jardín vallado, con cascadas, lagos con fuentes y quioscos, que posteriormente se fue abriendo a las nuevas avenidas y a los futuros barrios construidos por una burguesía en alza.
 
A partir de 1780 aparece la iluminación pública de la ciudad y en 1801 las calles pasan a tener el nombre escrito visiblemente.


EVOLUCIÓN POST-POMBALINA

Después de la victoria del Liberalismo y con el fin de la administración pombalina, la grandiosidad arquitectónica acompaña a los edificios públicos: Basílica da Estrela , Ópera de S. Carlos, Palacio da Ajuda. Los límites de la ciudad son entonces sucesivamente alargados siempre en «círculos» con centro en la zona de la Baixa. El trazado de las calles obedecía a criterios resultantes de la búsqueda de vivienda.
 
La construcción del Teatro Nacional D. Maria II ( 1843-46), del Arquitecto F. Lodi, en pleno Rossio Pombalino, con características neoclásicas, es una ruptura con el período anterior. Surge un nuevo espíritu de renovación y nuevos ideales estéticos. Aparecen jardines nuevos: S. Pedro de Alcântara, Estrela, Princípe Real, así como la plantación de árboles en Rossio. Surge así una visión naturalista. El «Paseo Público» genera una avenida y la rotura de las perspectivas de desarrollo de la ciudad de una forma nuclear radio concéntrica, que es absolutamente innovador.
 
Un nuevo eje de desarrollo seguiría en la Avenida da Liberdade. La apertura de la Rua Fontes Pereira de Melo que llevó a la expansión de la ciudad desde el Parque da Liberdade (hoy Eduardo VII) hasta Campo Grande, pasando por la Rotonda de Picoas, Avenida Ressano Garcia (Av. República) y toda la planificación de las calles adyacentes, paralelas y perpendiculares en un desarrollo octogonal. Era el plan Frederico Ressano Garcia, ingeniero del municipio. Nacen las llamadas «Avenidas Nuevas», que definen el gran desahogo urbanístico de la ciudad de hoy.

ÉPOCA CONTEMPORáNEA

Después de la Iª Guerra Mundial, se rellenan los huecos vacíos resultantes de los trazados de los ejes de las nuevas avenidas. La Avenida da Liberdade se presenta inequívocamente como eje primordial de la nueva ciudad. Aparecen entonces edificios como el Hotel Palace y el Palacio de Castillo Melhor (Foz). El estilo Modernista (tardío) se revela en obras como el Cine Tivoli del Arquiteto Raul Lino, o Eden Teatro y el Hotel Vitória del Arquitecto Cassiano Branco. Surgen nuevos barrios con edificios de alquiler, ocupados por una clase media en expansión. El espacio de ocio se logra construyendo parques infantiles con jardines.
A partir de la década de los 30 el arquitecto comienza a tener una mayor intervención en la construcción de edificios nuevos. Es de esta época la apertura de la Alameda Dom Afonso Henriques.
 
Es el período Duarte Pacheco, Presidente de la Cámara y posteriormente Ministro de las Obras Públicas (1930-43). Se construyen nuevos barrios diseñados por los nuevos urbanistas de calles largas y homogeneidad en el diseño de las fachadas, (vulgarmente designados de estilo Portugués Suave).
 
Bajo la orientación de Duarte Pacheco, el Ayuntamiento se decide por la creación de un parque verde en Monsanto. Atravesado por una autopista que une Lisboa al Estadio Nacional, se realiza la arborización del parque implantando un sistema jurídico de expropiación de los terrenos especialmente para ese efecto. Se reconocía entonces que un plan de urbanización para la ciudad tenía que implicar un programa de creación de parques y jardines, no solo como fundamento de belleza y apreciación de sus usuarios sino también como reserva de aire puro imprescindible para la vida en la ciudad.
 
Se crean nuevos barrios (Encarnación y Alvalade) antecesores de la aparición y desarrollo de la urbanización de Olivais y Chelas, en una aplicación de los principios preconizados en la Carta de Atenas.
 
Es la época de los grandes bloques residenciales libres y separados por zonas verdes, buscando una mayor exposición solar y mejor aireamiento según los modelos ya ensayados en otros países. Es también de esta época el arreglo de jardines de las plazas que resultan de la composición urbanística, con el objetivo de crear zonas de ocio y juegos infantiles.
 
Más recientemente aparecen iniciativas municipales de conjunto cohabitando con urbanizaciones privadas localizadas aquí y allí, que llenan los espacios «todavía libres» de las zonas limítrofes de la ciudad.